Por Giuseppe Cocco, na UniNômade, em | Trad. Santiago Arcos
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PARTE I
NO TENEMOS NADA QUE DEFENDER
El “voto crítico” fue un elemento estratégico de la restauración petista (mas en general, gobiernista) contra el levantamiento democrático de junio de 2013 y desempeña, aun hoy, un papel fundamental en el “cierre” del horizonte de cualquier tipo de alternativa (en particular atravesando de manera perversa todas las tentativas de inventar una Red, algo que analizaremos en detalle en la segunda parte de este ensayo). El “voto crítico” solo fue un episodio del stalinismo, aunque participó y participa activamente de la destrucción de la subjetividad: la potencia que hoy nos falta para completar el momento constituyente. La “corrupción” debe ser entendida como lo que es: no una anomalía, sino que como un modo de funcionar del bloque del biopoder, del poder sobre la vida en Brasil. No se trata solo de los desvíos en la realización de las obras, sino que de las propias obras, del modo mismo de operar, en todos los campos, en todos los niveles, del poder político: desde la Petrobras hasta las milicias en los territorios metropolitanos, desde las represas hasta la gestión del SUS.
THE DAY AFTER
Anunciado con anticipación por la astrología político-judicial, el meteoro, al fin, cayó en Jurassic Park. Todo el mundo esperaba los efectos de la “madre de todas la delaciones” y el impacto fue un verdadero terremoto: podemos entender las razones que llevaron al PT y a sus intelectuales residuales a la disputa para reducir el Junio de 2013 a un brote fascista: estaban defendiendo la Historia, la de ellos, del PT y Lula. Esa sí que precisa ser reescrita. Impactante fue también la ayuda que los abogados de Dilma Rousseff dieron al TSE para que Temer se hiciese con el poder. La casta aparece solidaria, procurando, abiertamente, no un pacto, para que el país salga del impasse, sino que por su propia supervivencia como casta. Un pacto para que todo permanezca como está. Casi: porque en la realidad, el precio de esto es, además de la recesión y la violencia civil, una posterior y violenta reducción de los derechos por medio de las “reformas” elaboradas por los técnicos de la Fiesp, votadas o a ser votadas por la bancada de Odebrecht & Cia. y promulgadas por Temer.
El abismo que se abrió no está siendo ocupado por ninguna dinámica de radicalización democrática. Es necesario enfatizar: este vacío acontece porque el levantamiento de Junio de 2013 fue restaurado por el PT y en general por el “gobiernismo”. Hoy, esa restauración tiene contornos claros: el PT tenía que respetar los compromisos con los dueños del dinero y su moneda falsa. Por un momento, entre junio de 2013 y junio de 2014, el coraje de la verdad afirmado por la multitud de los jóvenes que enfrentaron la represión estatal produjo una moneda verdadera. La restauración que el PT promovió fue en sí misma una vuelta a la circulación forzosa de la moneda falsa: aquella acuñada por la Casa de la Moneda y validada por el sello de las relaciones neocoloniales entre los carteles de los partidos y los carteles empresariales. El Estado Grande y las Grandes Empresas renovaran de este modo, en las elecciones de octubre de 2014, el abrazo incestuoso que desde siempre asfixia la vida social de los pobres y del trabajo, reproduciendo ad infinitum la herencia colonial y esclavista. Fue en las elecciones que aconteció la gran restauración, aquella que transformo el MPL en… MBL: la indignación creció, pero el PT y sus aliados consiguieron entregarla en el regazo de una nueva derecha para reproducir, de este modo, la moneda falluta de la falsa polarización. El dispositivo era el mismo, como dijimos, aquel que articula la condicion neocolonial con la colonización interna: entre el expolio de la naturaleza y de la sociedad, pasando por encima de los indios y de los pobres, también sobre los embriones de general intellect que el marketing presentaba como “nueva clase media”.
Todo esto parece confirmar el dicho popular, popularizado en la década de los 70’s por Milton Friedman: “no existe almuerzo gratis”. Pero, no todo es de este modo. De hecho, las diferencias y matices dentro de la coalición y entre ellos se realizan a través de lo que los economistas llaman “externalidades”, de lo ellos son capaces de añadir “gratuitamente” por medio de la adhesión de un cierto “público”. En octubre de 2014, la reelección de Dilma nunca alcanzo efectividad social (por eso dijimos luego, en noviembre de 2014, que era una “victoria a lo Pirro”) comenzó a ser contestada al día siguiente, es más, fue una terrible restauración en el campo de la izquierda: la gran mayoría de aquellos que se habían dejado llevar por la manada salvaje de junio volvieron al rebaño y se dejaron, cobardemente, encerrar en el corral del “lulismo”.
Hipnotizados por las imprecaciones seniles de la uspeana [perteneciente a la USP (Universidade de Sao Paulo)] que se enfrentan a los fantasmas sociológicos, el mundo universitario y, hasta, el mundo de la “cultura” se dejó llevar por el marketing del gobiernismo, aplaudiendo a Dilma, que reivindicaba la represión de junio, o vistiendo la camiseta roja para apoyar a Lula en la Paulista [Avenida Paulista]. El robo electoral de octubre de 2014 solo fue posible por medio de ese apoyo entusiasta y bufonesco del “voto crítico”, inclusive el del “izquierdismo”. Fue esa colaboración que, al mismo tiempo daba efectividad a la campaña del PT, reproducía satisfactoriamente los innumerables relatos (monedas) falsos que destruirían de una vez el campo progresista en Brasil. Una operación que contó con el apoyo de toda la nomenklatura de la izquierda “global”.
Lo que nos interesa aquí es enfatizar el éxito de esa operación. La burocracia corrupta del PT tenía algo que defender y recibió por lo que hizo, pero la gran mayoría de los que reproducirán (algunos continúan) estas narrativas terminan creyéndolas ellos mismos. Es este “éxito”, esta disposición de la izquierda a “defender lo indefendible” e ir hasta las últimas consecuencias de esa mistificación, lo que nos hace pensar con cuidado. Como no recordar el “consenso de los esclavos” que reinaba en la URSS (y en la China maoísta) y en la izquierda internacional a pesar de todo lo que acontecía en esos regímenes totalitarios?!
WALKING DEADS
El PT está muerto. Como manda la tradición de alguno pueblos antiguos, se suicidaran juntas todas sus líneas auxiliares: aquellas históricas, nacidas de disidencias y ortodoxias, y los movimientos fake dispuestos a toda prisa después de junio de 2013 para hacer de la bandera “roja” la defensa del principio de la más completa falta de principios. Un montón de intelectuales brasileños y globales se arrodillaran ante el sarcófago y lloraran por el golpe…. que no hubo. A pesar de su muerte el PT aun está vivo y cobra su precio: las externalidades positivas son, hoy, todas negativas. La muerte del PT nos deja un legado doblemente perverso. En primer lugar nos deja la mayor y más grave crisis económica de la historia del país, un ajuste violentísimo como único y obligatorio camino: Temer no tiene legitimidad excepto la de ser el tipo que consigue implementar lo que Dilma intento hacer con el ahora olvidado ministro de Hacienda (Joaquin Levy, que fue secretario del Tesoro de Lula y secretario de Hacienda de Cabral). En segundo lugar, nos deja un sinnúmero de narrativas falsas que continúan contaminando la atmosfera e impidiendo la construcción de una nueva política.
EL LULISMO VIL
Por lo que nos ocupa aquí, el PT ya era otra cosa cuando, en 2006 , uso “el regreso” que consigue, después de la crisis de la asignación mensual, confirmar y ampliar la misma política corrupta, alejando completamente a los movimientos que lo apoyaban y cargaban una radicalización democrática. En 2007, la crisis financiera global llevo al lulismo a perder todo pudor, ya sea con la sustentabilidad del crecimiento, o con las reformas. Los intereses del gran capital y de las grandes corporaciones, de los “ricos” cuyo modelo era Eike Batista, pasaran explícitamente a ocupar la escena. Fue en Rio de Janeiro que se estableció la sede de ese Brasil Mayor. “Sede” en dos sentidos: sede como cuartel general del delirio neo desarrollista y sede misma del dinero – mega eventos y mega propinas en Rio copularan, pornografía explicita de la política del Bloque del Biopoder: patriarca y nuevos ricos conmemorando juntos. Entre Petrobras y Eike Batista, entre Pre-sal y los mega eventos, entre Cabral y Paes, de Rio no sobro nada: después del saqueo, pásese a la cuenta del pueblo!
Es pueril que la producción de subjetividad sea el “punto ciego de la izquierda” brasileña: por el contrario, es lo que la izquierda quiere cegar. El gobierno-Dilma criminalizo y el partido-Lula mistifico la subjetividad que produjo Junio y fue producida por Junio: el abismo en el cual estamos, la ausencia de “salida” en la cual nos encontramos hoy dramáticamente, son el resultado, no del marketing del PT, sino que de la adhesión cobarde y arrogante del “voto crítico”. Eso es lo que permitió desestructurar todo tipo de subjetividad que no sea gregaria, pasiva, corporativa. La gran pregunta que queda, como dijimos, es: por qué esas mistificaciones funcionaron? Su moneda falsa fue puesta a circular por los segmentos que deberían ser democráticos e independientes de la izquierda: en las universidades, en el mundo de la cultura y del arte, con el aporte destacado hasta de intelectuales que se denominan de la micropolítica y de la filosofía de la diferencia. Esto, sin contar la nomenklatura global de la izquierda, firmando manifiestos de solidaridad con el PT y manteniéndose en silencio ante la dictadura chavista.
LA IZQUIERDA ES STALINISTA
Es el mismísimo modo de funcionamiento de la “izquierda” el que debemos cuestionar. El stalinismo no es un problema de Stalin, sino que una de las características de la izquierda, también de esa que se dice anti-stalinista. La adhesión prácticamente unánime de la izquierda intelectual y más en general del izquierdismo a las narrativas del PT en la hora de la explicitación de su contenido vacío y de su papel no solo ha sido de contención, sino que de destrucción de la subjetividad constituyente, precisa ser entendida con cuidado. Para eso, precisamos retomas las lecciones de los pocos intelectuales de izquierda que supieron criticar de manera adecuada el stalinismo como parte y no como desvío del bolchevismo y al mismo tiempo del capitalismo. Cornelius Castoriadis se preguntaba como el régimen soviético consiguió reproducirse a lo largo del tiempo: “a pesar de luchas heroicas: la revuelta de Kronstadt, Makhno en Ukrania, etc., y después de un viaje terrible, la sociedad rusa se dejó ‘llevar’” . Es la formación de este consenso de esclavos que se explica la capacidad que los regímenes de izquierda – y no solo la URSS de Stalin – tienen, como el mismo Castoriadis decía, de “destruir las significaciones y arruinar el lenguaje”.
Estamos, aun, en el mundo del marketing del PT: “Ningún significado verdadero está ligado a las palabras”; se puede “mudar arbitrariamente de la noche a la mañana lo que ellas significan”. Lo que debía ser una red democrática de medias libres fue transformada por el dinero gobiernista en una red infame de blogs mercenarios trabajando contra la verdad. Así, como en la Unión Soviética, en el PT y en la izquierda en general “no hay ideas” de ningún tipo, apenas una retórica, una fraseología”. Hablase de “Política de Estado y Proyecto de Nación” y ejecutanse (como veremos en seguida) los mismos proyectos que ejecutaría la “derecha”, porque son aquellos elaborados en las planillas de las grandes empresas y del gran capital. Como apuntaba Castoriadis, esa propaganda reduce la democracia y visa “transforma (r) el vocabulario social, político, moral, estético, filosófico en un conjunto de marcas y señales que disparan reflejos automáticos” , sin reflexión ninguna: la promiscuidad de Lula y Dilma con los banqueros y grandes capitalistas es obscurecida por el marketing de la supuesta inclusión social; el estilo autoritario de Dilma es así transformado en “corazón valiente”, al paso que Marina es destituida de su biografía y transformada en “amiga” incolora y asexuada de banqueros y evangélicos.
Paradojalmente, existe un agravante. En la sociedad de la URSS solo podía existir como verdad la “verdad oficial”, y quien no la respetase iba –en el mejor de las hipótesis – al campo de trabajo forzado. Aquí la adhesión fue “libre”, apalancada por el “voto crítico” y después por el movimiento contra el “golpe que no hubo”. En los países del socialismo real, el chantaje era organizado a partir de dispositivos monstruosos que molina la vida de decenas de millares de militantes y de millones de ciudadanos. Un régimen monstruoso apoyado graciosamente por los intelectuales progresistas de todo el mundo. Nosotros debemos a los intelectuales libertarios como Berkman, Goldman, Makhno el hecho de saber lo que el bolchevismo era desde el inicio. Nadie escucho lo que ellos decían sobre el tratamiento que Lenin y Trotsky reservaban a los Soviets de Kronstadt, a los soviets ukranianos. El mecanismo del chantaje y de la selectividad en vigor es el mismo que vimos explícitamente en acción en 2014 y en los años siguientes.
En 1938, Emma Goldman intentaba desenmascararlo en una actualísima critica a Trotsky: “León Trotsky afirmara ciertamente que toda crítica sobre su papel durante la tragedia de Kronstadt solo refuerza y envalentona a su enemigo mortal: Stalin. Pero es porque Trotsky no puede concebir que alguien pueda detestar al salvaje que reina en el Kremlin y al cruel régimen que dirige, y al mismo tiempo no liberar a León Trotsky del crimen que cometió contra los marineros de Kronstadt “. En el siguiente párrafo, Emma deconstruye el mecanismo binario por el cual –en la izquierda – se da una adhesión compulsiva: “Stalin no cayó del cielo para venir a perseguir de repente al desafortunado pueblo ruso. Se contenta con continuar la tradición bolchevique, aunque lo hace de manera más despiadada”.
Boris Souvarine escribió en 1977 en el prefacio de una edición de su libro de 1938 dedicado a Stalin: “Se llamaban a sí mismos ‘existencialistas’ e ‘intelectuales de izquierda’, nadie sabe por qué, los apologistas del sinnúmero de atrocidades cometidas por Stalin y sus comparsas”: Todo eso “con el consenso del “beau monde”, del establishment. Solo era posible expresarse contra la corriente (…) en publicaciones casi confidenciales. (En Francia) millones de inconscientes votaban en las elecciones por la policía política (GPU) y por el Gulag (…) . Es exactamente el mismo mecanismo que vimos funcionar en el Brasil de 2014, volviendo prácticamente imposible el debate dentro de la izquierda, y eso a pesar de la evidencia de no solo la burocracia del PT estaba totalmente vendida a los intereses de las grandes empresas, sino que ella trabajaba activamente para acabar con el brote de autonomía constituido por el levantamiento de Junio de 2013. La izquierda continúa siendo una trascendencia, hasta para los que se dicen teóricos de la política de la inmanencia. En los callejones sin salida donde hoy luchamos dicen respecto de la necesidad de romper definitivamente con esa ambigüedad: no más aceptar mantener algunas categorías, algunos tótems del campo de la izquierda, colocarse de una vez en el terreno de la invención libre, inmanente a los procesos que la diseñan.
EL TRABAJO DE LA CORRUPCION
Sabemos que la ideología dominante –el gran media- “resuelve” la cuestión de la corrupción atribuyéndola a una “desviación” de las reglas que, obviamente, se resumiría a algo de carácter moral. Sabemos también que el resultado de ese régimen discursivo es el de reforzar, de una sola pasada, el orden y la moral… de la corrupción. En realidad, la corrupción es la regla, y el combate solo puede ser la profundización ética de la democracia: producción de una relacion otra – abierta, constituyente – entre las reglas y su aplicación. No hay “solución”, solo lucha y una lucha continua: en cuanto mas lucha y democracia, menos corrupción y vice-versa. El poder exalta la Ley y habla de la lucha contra la “corrupción” como si fuese la “aplicación de la Ley”. Por eso, Lava Jato nos muestra que el solo fue (y continua siendo) posible desde que las multitudes enfrentaron la Ley, su orden constituido y sus dispositivos estatales y privados, y que la Ley es el terreno de esta lucha – como podemos ver en las medidas que el Congreso quiere votar (Ley contra el abuso de autoridad y de legalización de la caja 2) para auto amnistiarse. No fueron solo las manifestaciones oceánicas, sino que sobretodo la determinación de resistencia y las ocupaciones de los parlamentos (Cámaras, Asambleas Legislativas, amén de las tentativas de ocupación del Congreso en Brasilia) que abrirán la brecha de legitimidad de Lava Jato.
Hay dos cinismos que se retroalimentan: el primero dice que la vuelta del imperio de la Ley restaura moral al poder; el segundo dice que la lucha contra la corrupción es justamente el moralismo de la primera afirmacion. Para los primeros, la corrupción es de los segundos (aquellos que esquivan con el discurso del “moralismo”). Para los segundos, la corrupción está en el moralismo de los primeros. En la realidad del día a día, esas posiciones están misturadas y se alimentan recíprocamente. Esto presenta la “paradoja” evidente a partir de los medios de comunicación, que fueron socios de Odebrecht, denunciar con firmeza los “escándalos” del PT, mientras los pelegos [dirigentes adscritos al régimen] del PT denuncian a los grande medias por la connivencia con Odebrecht en la que están inmersos. Esto explica por qué –en general- nadie cuestiona las obras e inversiones públicas que alimentan la corrupción y son alimentados por ella.
La crítica liberal (del punto de vista jurídico) y neoliberal (del punto de vista microeconómico) falla en aprehender el inevitable nexo que liga entre si el desvío y la regla, la desestructuración del juego del mercado por la multiplicación de los incentivos y otras medidas estatales discrecionales y la inviabilidad del “mercado” sin instituciones adecuadas. La crítica intervencionista (del punto de vista macroeconómico) y garantista (del punto de vista jurídico), además de colocar la lucha contra la corrupción en el regazo de los liberales, asume más o menos abiertamente un horizonte autoritario: la defensa de los “pobres” pasaría necesariamente por un discurso discrecional del aparato y, sobretodo, de los recursos del Estado. La historia del socialismo real nos muestra que para los pobres esto es una pesadilla. En los dos casos, no se discute lo que la producción produce, solamente como produce. Por eso, no es (sólo) el desvío de los recursos involucrados en las “obras”, sino que las obras mismas, y eso viene de lejos. Lo que se desvía continua siendo muy poco en relacion a lo que se gastó, incluso para un conjunto de obras que son, en sí, corruptas.
NUEVA SERVIDUMBRE
Castoriadis decía que lo que habia en común entre el stalinismo y el nazismo era un único régimen del trabajo: la esclavitud. Hoy, en la corrupción contemporánea, se cobra fuerzas el proyecto de una nueva servidumbre. Podemos tomar como ejemplo, por un lado, el modo en como el gobierno de Lula-Dilma trato la lucha de los indios contra las centrales hidroeléctricas y de los obreros, que trabajaban en su construcción, contra las condiciones de trabajo y de vida; por otro lado, la dinámica de la quiebra del Estado de Rio de Janeiro. La oposición a las mega centrales (que ahora sabemos serian una “sociedad” que involucra al PT, PSDB y PMDB) unió a los “damnificados” (los indígenas y los ribereños [pueblos que viven a las riberas de los ríos]) y a los millares de trabajadores que construían dichas centrales en condiciones de casi-esclavitud. De este modo, en 2012, en uno de los episodios que más anticipo el levantamiento por venir, la resistencia de los indios contra las centrales se unió a la lucha de los obreros dentro de estas.
Recordemos, como fue que el gobierno de Lula (antes) y Dilma (después) respondió? Dentro del gobierno, la primera reacción fue en Lula poner a un lado a la, entonces, Ministra del Medio Ambiente (y ahora sabemos que fue directamente a pedido de Odebrecht). En seguida, fue enviada la Fuerza Nacional para contener a los indios. Las huelgas y luchas de los obreros fueron tratadas por el ministro de la Secretaria General de la Presidencia de la Republica, Gilberto Carvalho (el 4 de abril de 2012), como actos de bandidaje. Hoy sabemos formalmente que al mismo tiempo la CUT recibía propinas para evitar las huelgas . En julio del mismo año, los obreros denunciaban el uso de la tortura para reprimir el movimiento. Los indios, los ribereños, los obreros, los pobres de las ciudades afectadas no precisan de ningún Lava Jato para saber que esas obras son corruptas y corruptoras. Pero Lava Jato está conectado con esas luchas.
De la misma manera, pasando a Rio de Janeiro, los moradores del Complejo de Alemão no necesitan esperar por ninguna delación premiada para saber que el Teleférico era una inversión impuesta según los intereses que reproducían la segregación espacial y la violentísima regulación de los pobres. Los habitantes de la Rocinha ya sabían que la “pasarela de Niemeyer” es una obra estética impuesta en lugar de la cañería recolectora de aguas residuales que cerraría el alcantarillado a cielo abierto (el “”valão”) y que si no fuese por las luchas de Junio de 2013, la Prefectura abría construido otro teleférico, así como hacen –siempre a espaldas de los habitantes- en el cerro de la Providencia (en el medio de las obras del Porto Maravilha). Los habitantes de las favelas y barrios pobres de la Zona Oeste de Rio de Janeiro sabían muy bien que la Cidade das Artes (antes Cidade da Música) en la Barra da Tijuca es una obras tan faraónica como totalmente inútil, un monumento a la corrupción, antes de que Cesar Maia y su hijo aparecieran en la delación de Odebrecht.
RETÓRICA PARTICIPATIVA, PLANEJAMENTO AUTORITÁRIO
Una de las grandes mistificaciones de la narrativa de la izquierda es aquella que opone el capitalismo al Estado. Esa mistificación tiene dos dimensiones, una peor que la otra: la primera ignora el hecho de que el capital y el Estado viven de una colusión permanente: desde la acumulación originaria hasta…la acumulación originaria: que es exactamente el modelo de la acumulación de Odebrecht, del Banco BTG Pactual, de la Brasken, de la Friboi, etc. La segunda atribuye al capitalismo un nivel de anarquía que solo podría ser resuelto por la racionalidad estatal. El ocultamiento de la promiscuidad que se da entre Estado y capital sirve para legitimar una supuesta “racionalización” de la anarquía capitalista que funciona, por un lado, como legitimación del autoritarismo (o peor) y, por el otro como un mecanismo para realizar –o a veces para acelerar- los mismos proyectos.
En la URSS, el paradigma del trabajo de la racionalidad impuesta era el trabajo forzado sin ningún derecho sindical, al mismo tiempo que la racionalidad era aquella taylorista del capitalismo occidental. En Brasil, los proyectos son elaborados en los escritorios de las grandes empresas y legitimados por un conjunto de pareceres, opiniones, estudios que se presentan como “técnicos”, pero son parte integral del lobby neocolonial. Esos circulos sobreviven a los ciclos políticos y pasan, exactamente como las grandes empresas de un gobierno al otro, de un partido al otro. Ellos trabajan en el plano general y en el plano especifico. De este modo, los “experts” producen temas generales que definen el campo de las “reformas”: “el trípode del Plano Real”, “la reindustrialización”, “la reforma de la Previsión”, la “privatización”, el “combate a la pobreza” o la “economia creativa”, el “water front”, la “ciudad global”, la “urbanización o la remoción de las favelas”, etc. En el plano especifico, legitimanse determinados proyectos: inversiones como “una determinada central”, un “arco metropolitano”, “un teleférico”, “una siderúrgica”, “un puerto”, etc.
Pocos recuerdan, la Copa, las Olimpiadas, el Puerto Maravilla, el Arco Metropolitano y aquello que debía ser el Polo Petroquímico de Itaboraí ( y que ni siquiera consigue ser una refinería) fueron legitimados por marco de planeación llamado Plano Estratégico de Rio de Janeiro (en la primera gestión municipal de César Maia -1993-1996 – el padre de Rodrigo Maia, el actual presidente del Congreso Nacional). El Presidente del Consejo del Plan Estratégico (que contaba con la consultoría del catalán Jordi Borja) fue el economista Carlos Lessa (Rector de la UFRJ en 2002 y presidente del BNDES en el primer gobierno de Lula, en 2003). Existe un sinnúmero de entrevistas de Lessa, así como de Elizer Batista (padre de Eike) y del recién fallecido Rafael Magalhães de Almeida (que fue vice gobernador de Lacerda) explicando los grandes proyectos que debían hacer recuperar el impulso a la economia de Rio de Janeiro. Estamos, pues, hablando del establishment que “manda” y decide. El Plan era estratégico, tenía el sello de Barcelona e incluía mega eventos, pero las grandes obras tenían el sello de la dictadura militar: ellas fueron una jugada de los gobiernos tucanos, por los del PDT, por los del PT y por los del PMDB. Todos jugaron en esas inversiones: la única preocupación era la de substituir al “otro” partido en el gobierno para recibir las propinas, y no para democratizar el planeamiento y volverlo de interés público. En general ninguno “cobrara” mas tarde una comparación entre lo que fue “vendido” (la justificación del proyecto y de las grandes inversiones) y el resultado e impacto de la inversión realizada. Y ahora el Estado de Rio está quebrado.
Al momento en que los estadios de la Copa y de la Olimpiada están abandonados a las polillas, tenemos un caso muy objetivo para evaluar la relacion entre el régimen discursivo por el cual el establishment legítima determinadas elecciones y los resultados que ellas generan. Es el caso de TECON (terminal de containers) en el puerto de Sepetiba (hoy llamado Puerto de Itaguaí, a la salida de Rio de Janeiro, pasado de Santa Cruz, en dirección a Angra do Reis), como después fue el caso del Puerto de Açu . Entonces, que se decía de Sepetiba 20 años atrás? Se decía que ese nuevo puerto –con sus aguas profundas- se volvería un “macro puerto concentrador de cargas”, el más importante de América Latina, y gracias a eso la economia de Rio de Janeiro al fin se emanciparía de la hegemonía paulista. Hoy parece hasta una pitanza, pero es lo que se publicó en una serie de artículos y consultorías –inclusive algunas internacionales- contratadas para dar peso a esas afirmaciones: la COPPE de la UFRJ, McKinsey y finalmente la Bechtel norteamericana realizaron esos “estudios”. La COPPE escribió que el nuevo podría movilizar 4,8 millones de TEUs en containers. Pero el escenario general será elaborado por la Bechtel – empresa norteamericana ligada al vice-presidente Dick Cheney que será conocida por los intereses en la ocupación americana de Irak. En base a sus conocimientos de ingeniería, logística y comercio mundial, la Bechtel previo para Sepetiba, en 2020, un volumen de 3,7 millones de TEUs. Pero eso en la peor de las hipótesis, pues el puerto tenía la posibilidad de transformarse en un terminal de transhipment y así alcanzar los 6 millones de TEUs.
Basados en estos números (que en ocultaban la relacion entre la “capacidad del puerto” y el “potencial de circulación de containers” por Rio de Janeiro, pero tomaban la del Atlántico Sur como un todo), se justifica toda una gama de inversiones públicas que aprovechar incluso los proyectos industriales, no sólo el saqueo de los recursos públicos. Para tener idea del disparate, piensen: 20 años después (en 2016), el conjunto de los puertos brasileños mueve poco menos de 10 millones de TEUs: Sepetiba, un puerto marginal, debería mover el 60% de todo el volumen que circula por Brasil en su conjunto. Al paso que los puertos mundiales más importantes y más modernos de movilización de containers (por ejemplo el northern ring europeo) funcionaban en la época con un calado de 14 a 16 metros, Sepetiba tenía que tener 19 metros. Todo eso sirvió para justificar la construcción del puerto (en interés exclusivo de C%N), del arco metropolitano (la carretera que une Itaguaí a Itaboraí) y el polo petroquímico de Itaboraí (después minimizado a refinería que ni siquiera fue terminada). Para el puerto se hicieron gastos en inversiones públicas cercanas a los R$359 millones (de 1998), para el arco metropolitano R$3,5 millones, para el polo petroquímico de Itaboraí (COMPERJ) fueron R$70 millones (y eso que fue rebajado a refinería y ni siquiera terminada).
En estos números podemos vislumbrar la dimensión total de que la “corrupción” no es una anomalía, sino que es un modo de funcionamiento autoritario que moviliza recursos públicos para alimentar una acumulación parasitaria que no es originaria, sino que neocolonial. El Arco Metropolitano une la nada con la nada. 20 años después, que aconteció con los “millones de TEUs” previstos por las consultorías millonarias? El Puerto de Sepetiba solo sirve para el movimiento a granel de la minería de fierro que moviliza apenas 245.000 TEUs (la mayoría de los cuales debe ser de planchas de acero): en 2016, la CNS –propietaria del terminal- estaba intentando vender lo que la prensa especializada define como “pequeño terminal sin escala (que) tiende a desaparecer” . El único proyecto industrial que arribo junto al puerto fue CSA, la siderúrgica obsoleta que vertía lluvias de plata sobre la cabeza de los habitantes de Santa Cruz (Zona Oeste do Rio de Janeiro).
URGENCIAS E IMPASSES DEL MOMENTO CONSTITUYENTE
La mayor dificultad para el movimiento popular, ante el impasse de hoy, es la recomposición de la lucha contra el sistema de la representación (en favor de Lava Jato) con el movimiento contra el ajuste. Por otra parte, la lucha contra el ajuste necesita de una nueva agenda de reformas. El éxito de la operación irresponsable de movilizar los movimientos sociales organizados contra Lava Jato acabo dejando la justa indignación popular totalmente atravesada por redes y organizaciones de derecha autoritaria o ultra neoliberal. Esas redes (el MBL y el Vemprarua) están hoy enfrentando cada vez más la brecha creada entre el apoyo a las reformas de Temer (al ajuste) y la contestación de la salvación de Temer y del PMDB ante la delación de Odebrecht (sin contar con aquellas que se multiplican en Rio de Janeiro). Hasta el momento, los principales medios de comunicación consiguieron sostener los dos extremos. Pero, desde el comienzo de 2017, está claro que Temer y su grupo van a atacar a la lava del jet en todos los frentes y lo harán abiertamente unirse al PSDB y el PT. La resistencia necesita, pues, pasar por dos momentos: en primer lugar, juntar la defensa de Lava Jato a la lucha popular contra el ajuste; en segundo lugar, abrir nuevos espacios políticos de radicalización democrática.
1) Unir la lucha contra el ajuste a la lucha en apoyo al Lava Jato significa darle otro contenido político a la crítica judicial de la corrupción y también a la lucha contra el ajuste. La lucha contra la corrupción se vuelve, de este modo, terreno de radicalización democrática, al tiempo que la resistencia al ajuste traspasa los límites corporativos. El “ajuste” es doblemente inmoral: porque es aplicado por los mismos que saquearon el Estado y las vidas de los pobres; porque afirma que el sistema en vigor es el único posible y apenas precisa ser “ajustado”. No tenemos nada que ajustar, sino todo que inventar. No habrá salida de estos impasses ni confianza sin un nuevo pacto basado en la movilización horizontal de los pobres, inclusive en el plano productivo. Aquí precisamos ser MUY CLAROS: luchar contra el ajuste no es defender el statu quo, sino que es decir que aquellos que quieren ajustar, en realidad no quieren cambiar nada.
2) Las luchas y la resistencia necesitan de nuevos foros, inclusive en términos de representación. En ese nivel, la situación actual se presenta de manera aún más compleja: no hay ninguna fuerza política, vieja o supuestamente nueva, capaz de representar y aún menos conducir ese proceso. Esto implica que las dinámicas del movimiento son aún más urgentes y necesarias. Pero esas no pueden ser la únicas bases políticas, porque no se sustentarán. Precisamos nuevas formas de organización, en el propio terreno de la invención: una nueva pauta de reformas que reconozcan la potencia productiva de la multitud del trabajo metropolitano, de la vida de los pobres.
(La Parte II de nuestro artículo será dedicada a estos dos últimos puntos).
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Traduccion: Santiago de Arcos-Halyburton.